06 mayo, 2007

Perspectivas

Las perspectivas de que el sistema de procuración de justicia esté en manos de gente como Francisco Molina Ruiz, colocada en tan altos cargos no por su comprobada competencia e indudable integridad sino por los meros pagos de facturas contraídas por el actual Presidente de México Felipe Calderón con quienes prácticamente lo sentaron en la silla presidencial es algo que debe poner a temblar a cualquiera que no esté del lado de ellos. ¿Qué justicia se puede esperar en manos de gente de ésta ralea?

En el sexenio de Felipe Calderón hay ya muchos casos importantes que piden a gritos ser resueltos de una manera u otra por la gente que está siendo metida dentro de la PGR, empezando por los mismos actos de corrupción que se le están achacando a Vicente Fox y a sus hijastros los hermanitos Bribiesca Sahagún. ¿Realmente espera alguien que Felipe Calderón va a meter a la cárcel a su predecesor, admitiendo con ello que fué un hampón quien lo ayudó a instalarse en la Presidencia de México? ¿Quién mejor que alguien como Francisco Molina Ruiz para garantizar que los expedientes en contra de esta gente importante quedarán debidamente "congelados" esperando pacientemente a que prescriba la acción de la Justicia? Ésta es precisamente una de las especialidades del corrupto Francisco Molina Ruiz. O si de plano no es posible mantener los expedientes "congelados" por tiempo indefinido ante una enorme presión de la opinión pública, sobre todo en tiempos electorales, entonces se puede recurrir a otro ardid que también es otra de las especialidades de Francisco Molina Ruiz: integrar mal los expedientes, en forma completamente premeditada y deliberada, para que después de un largo proceso judicial en el que los acusados no pisarán la cárcel en ningún momento por encontrarse debidamente amparados, al Juez que dicte la resolución final no le quedará más remedio que desechar el caso precisamente por no estar el expediente debidamente integrado. En el México gobernado por la ultraderecha, lo que sobran son recursos legaloides para que los ricos y los poderosos puedan burlar la acción de la Justicia, siempre y cuando haya en las agencias de procuración de justicia gente sobornable y corrupta como Francisco Molina Ruiz, de lo cual se está encargando el mismo Felipe Calderón.

Un caso típico que podemos mencionar, en el cual los discutibles "servicios" de Molina Ruiz pueden ser de gran utilidad, es el caso que involucra a nadie menos que a un familiar de la corrupta lideresa magisterial Elba Esther Gordillo, la cual desde antes de que Felipe Calderón tomara posesión de su cargo como Presidente de México ha estado recibiendo muchos privilegios y muchos favores tanto para ella como para sus principales cómplices y allegados (lo cual está documentado dentro de Los Blogs de Spectator). Se trata de nadie menos que de la mismísima hija de Elba Esther Gordillo, Maricruz Montelongo, la cual fué acusada de estar lucrando con un inmueble histórico propiedad de la Nación, el convento de Santo Domingo, convirtiéndolo para fiestas y alquilándolo para bodas, espectáculos, subastas, etc., rentando en unos 40 mil pesos la Biblioteca o el Patio de los Generales. De que hubo una violación abierta y descarada a las leyes del país no existe duda alguna, y tan es así que a menos de cuatro días de que estallara el escándalo Elba Esther Gordillo le ordenó a su hija borrar las huellas del salón de fiestas dejando todo como si nada hubiese ocurrido, que al fin y al cabo "borrón y cuenta nueva". Y el hecho de que precisamente el mismo día (12 de marzo del 2007) en que estallara éste escándalo hubiera una reunión "informal" a puertas cerradas en Los Pinos entre Vicente Fox y Felipe Calderón para "evaluar el rumbo del país" no hizo más que aumentar las suspicacias. ¿Realmente puede esperar alguien en México que Francisco Molina Ruiz va a tener la suficiente memoria como para recordar ésta transgresión a la Ley, yéndose en contra de la hija de la protegida personal de quien lo puso en su cargo? ¿Pero en qué cabeza cabe que tal cosa ocurrirá?

Otro caso que podríamos mencionar es el caso del mismísimo cuñado de Felipe Calderón, su cuñado incómodo, Diego Hildebrando Zavala. Resulta que, meses después de haberse instalado Felipe Calderón en la Presidencia de México, éste "cuñadito" sigue manteniendo amplios privilegios dentro del gobierno federal, lo cual ya había sido pronosticado desde hace nueve meses por Spectator (véase el blog Derrota Nacional), repitiéndose la corrupta historia de Vicente Fox y sus hijastros los hermanos Bribiesca Sahagón . ¿Quién va a procesar legalmente desde la PGR éste tráfico de influencias? Francisco Molina Ruiz podría decir con el cinismo y la prepotencia a las que está acostumbrado: "No me miren a mí, yo nomás estoy aquí para cobrar mi sueldo".

En lo que a la defensa de la libertad de prensa se refiere, los padres del joven periodista norteamericano Bradley Ronald Will de Indymedia, asesinado en Oaxaca, recientemente estuvieron en México en la última semana de marzo del 2007:





exigiendo el pleno esclarecimiento del crimen y la detención y consignación de los asesinos ante la Justicia. Y justo el 3 de mayo del 2007, en el Día Internacional de la Libertad de Prensa, periodistas de diversos medios de comunicación y representantes de cinco agrupaciones de reporteros acudieron a la misma sede de la PGR en donde después de colocar carteles con las fotografías de todos y cada uno de los informadores asesinados:





señalaron que "la falta de castigo a los autores materiales e intelectuales" de los asesinatos de periodistas se había vuelto "una constante" en todos los niveles de gobierno. Pero lamentablemente, y como era de esperarse, estas protestas no han servido absolutamente de nada para que la PGR proceda con la energía que Felipe Calderón prometió que se iba a utilizar para combatir la inseguridad pública, incluído el esclarecimiento de periodistas asesinados en México, tanto nacionales como extranjeros. Spectator ya ha señalado anteriormente que existen fuertes motivos para sospechar que en este asesinato estuvo involucrada gente ligada a la extrema derecha despachada por las mismas las cúpulas para este propósito (véase la "Tercera Parte" del blog "La Sucesión Presidencial"). De ser así, ¿realmente esperan los familiares de Bradley que los autores materiales del crimen puedan ser detenidos poniendo en riesgo a quienes los enviaron para llevar a cabo la ejecución? Y ello pese a que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha hecho la seguridad de los periodistas en México una de sus principales prioridades.

Aquí una cosa que deberían tomar en cuenta los padres de Bradley Roland Will es que el encubrimiento de casos sonados de asesinatos de periodistas prominentes también es otra especialidad de Francisco Molina Ruiz. Comprobado. Y si alguien lo duda, pregúnteselo a los miembros de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) con sede en Miami que han estado investigando a lo largo de los años el caso del asesinato de un prominente periodista chihuahuense, un caso importante al cual tanto él como su "compadre del alma" egresado de la Universidad Autónoma de Guadalajara, Jorge López Molinar, le estuvieron echando tierra "congelándolo" por tiempo indefinido (igual que como lo estuvieron haciéndo con los casos de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez) con el fin de que el crimen de este periodista quedase impune al prescribir la acción legal del delito, lo cual lograron. La SIP mantiene permanentemente en Internet una página Web sobre el caso este destacado editorialista precisamente bajo el rubro impunidad. El asesinato, ocurrido en el último año de gobierno (1991) del Gobernador Fernando Baeza Meléndez, de inmediato atrajo la atención mundial porque desde un principio se sospechó que había algún trasfondo político. Y aunque el inmolado apoyó el presunto triunfo del PAN en las elecciones para la gubernatura de Chihuahua llevadas a cabo en 1986, sobre las cuales existen evidencias de que se consumó un enorme fraude electoral en contra del PAN de antaño ejecutado por órdenes directas del entonces Presidente Miguel de la Madrid, este periodista brindó su apoyo a lo que en aquél entonces era una derecha moderada más por cuestiones de integridad personal y ética humanista que por cuestiones ideológicas, ya que él era de militancia centro-izquierdista (al igual que Bradley Roland Will). Al tomar Francisco Barrio Terrazas posesión de su cargo como Gobernador de Chihuahua, había grandes expectativas y esperanzas entre la sociedad chihuahuense de que por fin en un caso tan sonado e importante la recién inaugurada derecha en el poder demostraría su voluntad para llevar la aplicación de la Justicia hasta sus últimas consecuencias. Pero al poco tiempo de entrar en funciones, Francisco Barrio dió un giro inesperado, y de ser calificado como un bárbaro del Norte que se la pasaba despotricando en contra del hegemónico sistema unipartidista del México de aquella época pasó a ser un dócil cómplice de Carlos Salinas de Gortari, justo en la época en la cual el Cártel de Juárez necesitaba afianzar su principal plataforma de operaciones en Chihuahua para lo cual necesitaba de amigos importantes dentro del gobierno chihuahuense. Y así, fueron pasando los años, y el caso se mantuvo debidamente congelado sin que se hiciera absolutamente nada al respecto, al igual que como hoy se está haciendo con el caso de Bradley Roland Will. Y así pasaron los seis largos y penosos años del fatídico gobierno de Francisco Barrio Terrazas, durante los cuales lo único trascendental del caso fué la enorme desaparición de evidencias, una desaparición de evidencias que volvió prácticamente imposible el esclarecimiento del crimen cuando el PAN fué expulsado del poder en 1998, fecha en la cual al entrar en funciones como Gobernador el priista Patricio Martínez García tuvo que salir de la Sub-Procuraduría de Justicia Zona Norte -ya multimillonario- el egresado de la Universidad Autónoma de Guadalajara que por seis años le estuvo echando tierra al caso. Con estos antecedentes, precisamente con alguien como Francisco Molina Ruiz colocado en un puesto clave dentro de la PGR, ¿es como se va a llevar a los asesinos del joven periodista norteamericano ante la Justicia?

El único caso que ha sido "resuelto" recientemente y de manera expedita, más no como resultado de alguna investigación brillante llevada a cabo por la PGR, es el caso del periodista Amado Ramírez Dillanes ocurrido en Acapulco el 8 de abril del 2007, pero ello porque este periodista era un corresponsal de TELEVISA (aquí sí los hampones no sabían con quién se estaban metiendo, y si no se hubiese tratado de un corresponsal de TELEVISA posiblemente ahorita estarían los amigos y conocidos del periodista con pancartas frente a la PGR demandando inútilmente ser recibidos por alguien tan nefasto como Francisco Molina Ruiz o por alguno de sus funestos alter egos). Y aquí los presuntos culpables, Gerardo Vázquez Durán y Leonel Justo Muñoz, fueron quienes prácticamente se entregaron por cuenta propia al día siguiente ante agentes de la Policía Federal Preventiva (PF) en la principal avenida del puerto de Acapulco porque de dieron cuenta de que estaban siendo seguidos por gente extraña, lo cual les hizo sospechar que estaban siendo seguidos para ser "levantados" (secuestrados) por presuntos sicarios del crimen organizado. La "versión oficial" de que los detenidos como los presuntos autores materiales del crimen del corresponsal de TELEVISA fueron capturados al ser identificados gracias a los retratos hablados que la Policía Federal Preventiva tenía de ellos se cae por su propio peso si se comparan las fotografías de los detenidos con los retratos hablados que la policía tenía de ellos: no hay ningún parecido físico entre los retratos hablados de los sicarios y la complexión física de los detenidos. El mismo Joaquín López-Dóriga en dos ocasiones distintas en su noticiero nocturno en TELEVISA llevó a cabo tal comparación con dos pares distintos de retratos hablados, y pudo convencerse a sí mismo y verificarle a sus televidentes de que es prácticamente imposible que el arresto de los dos individuos se pudiera haber llevado a cabo únicamente en base a los retratos hablados, lo que refuerza la tesis de que efectivamente los dos detenidos se entregaron por su propia cuenta porque están asustados al percatarse de que alguien los está "cazando" ya sea para callarlos -los muertos no hablan- o para cobrar venganza.

Se recalca aquí que la desaparición de evidencias importantes en asuntos importantes en los que este hombre (Francisco Molina Ruiz) ha tenido algo que ver de una manera directa es una especialidad suya. Comprobado. Y si alguien lo duda, trasládese hasta Ciudad Juárez para preguntárselo a cualquiera de las madres de las muchas jóvenes asesinadas en Ciudad Juárez durante el negro sexenio del Gobernador Francisco Barrio Terrazas. Y si esto no es suficiente, pues consúltense entonces los amplios expedientes que tienen sobre estos asesinatos la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, e inclusive los Comisionados de la misma Organización de las Naciones Unidas asignados a investigar este vergonzoso capítulo en la Historia de México. Esta desaparición de evidencias es lo mismo que algo que quedó al descubierto recientemente: la desaparición de documentos importantes dentro de la misma Procuraduría General de la República. Resulta que al poco tiempo de haberse anunciado la incorporación de Francisco Molina Ruiz dentro de la PGR, desaparecieron como por arte de magia, dentro de la misma PGR, varios documentos importantes que tenían que ver con la falsificación de firmas del líder del sindicato minero Napoleón Gómez Urrutia, el cual estuvo siendo acosado por Vicente Fox (véase el Post Scriptum puesto al final del blog "Fin de la Fiesta Foxista") con el fin de usarlo como chivo expiatorio para desviar la atención sobre -además de removerlo por no serle ya útil a sus propósitos- el problema surgido a raíz de la explosión en la mina Pasta de Conchos en San Juan de Sabinas, Coahuila. ¿Tuvo algo que ver en ello Francisco Molina Ruiz usando su posición privilegiada de acceso a los expedientes internos de la PGR? En el periódico LA JORNADA publicado el 17 de abril del 2007, sobre esta increíble desaparición de evidencias, se reporta lo siguiente:

Por su parte, el coordinador de los diputados panistas, Héctor Larios, llamó al procurador Eduardo Medina Mora a que aclare el robo de documentos en esta institución, luego de señalar que ''resulta kafkiano'' que la dependencia encargada de procurar justicia sea víctima de la delincuencia. ''Yo digo que esto pone muy mal a la procuraduría; invito al procurador a que de la manera más rápida resuelva esta investigación sobre el hurto de estos documentos, máxime cuando simplemente se ha filtrado la nota de que el peritaje era que las firmas eran falsas y no hay ninguna afirmación de la PGR sobre lo mismo. Me parece muy extraño eso y pido a que se resuelva este caso'', señaló.

A su vez, el coordinador de los diputados priístas, Emilio Gamboa Patrón, calificó de ''increíble'' la sustracción de documentos de la PGR y coincidió con Larios al señalar que debe haber una investigación a fondo sobre este hecho. Además, sostuvo que la toma de nota con firmas falsificadas abre la puerta para llamar a comparecer ante las autoridades judiciales a funcionarios del sexenio foxista, como el ex secretario del Trabajo.

Por otra parte, el florecimiento del narcotráfico y el nulo, subrayándose nulo, esclarecimiento de cualquier narcoejecución de mediana importancia, también es otra de las especialidades de este funcionario corrupto. Lo avala en esto su desempeño como Procurador de Justicia en el Estado de Chihuahua. Y si alguien lo duda, revise el expediente de "triunfos" acumulados por este sujeto a lo largo de su larga y nula actuación como Procurador de Justicia y como Comisionado del Instituto Nacional de Combate a las Drogas. Con su presunta protección al crimen organizado en el estado de Chihuahua cuando fué Procurador de Justicia en dicho Estado, de la cual se presume que hubo mucha, su instalación en el alto puesto que hoy ocupa dentro de la PGR sólo puede ser motivo de júbilo para los mismos narcotraficantes, desde el más modesto narcomenudista hasta los capos de más altos vuelos como Joaquín Guzmán Loera alias "El Chapo" (el cual se fugó o más bien se le permitió fugarse sin problema alguno de la cárcel de alta seguridad en donde estaba recluído precisamente a menos de dos meses de haber tomado Vicente Fox posesión de su cargo como Presidente de México) o como el "Mayo" Zambada, y si alguien lo duda entonces pregúnteselo directamente a ellos si acaso se los llega a encontrar.

La instalación en los altos mandos de la PGR de gente tan cuestionable como Francisco Molina Ruiz, amigo entrañable de "Tecos" egresados de la ultrafascista Universidad Autónoma de Guadalajara y de Yunquistas arribistas que se beneficiaron con el ascenso a la gubernatura de Chihuahua de Francisco Barrio, es quizá la mejor garantía de todas de que la PGR en lo que resta del largo sexenio de Felipe Calderón no moverá un solo dedo para investigar la penetración y la infiltración que los neofascistas están llevando a cabo en todas las esferas del gobierno federal. Es más, podrán seguir incurriendo en asesinatos de índole política y en espionajes ilegales con la plena seguridad de que su gran amigo Francisco Molina Ruiz paralizará cualquier acción posible de la Justicia en contra de ellos desde su alto puesto dentro de la PGR. Nadie mejor que él para esto.

Por su parte, a unas cuantas semanas de haber sido "estrenado" en su alto puesto dentro de la PGR el "chihuahuense" Francisco Molina Ruiz por obra y gracia de las facturas que le estuvieron siendo cobradas a Felipe Calderón por el Yunquismo en el poder, estos eran los resultados que dicha dependencia estaba entregando a dicho estado en la lucha contra el narcotráfico, acaparando los principales titulares a primera plana en los periódicos norteños:




En contra de lo que pudieran suponer algunos de los lectores de este blog, la designación en el 2007 de un tipo tan cuestionable como Francisco Molina Ruiz para uno de los más altos puestos que Felipe Calderón le pudiera dar dentro de la Procuraduría General de la República, pese a (o más bien, gracias a) sus estrechas amistades y relaciones con gente ligada a la extrema derecha neofascista de México, con presuntas actividades de protección y encubrimiento del narcotráfico, con un historial comprobado de incompetencia e ineptitud en el desempeño de las labores más básicas de procuración de justicia, no es un hecho aislado. La Procuraduría General de la República está siendo infestada e infiltrada con otros tan moralmente corruptos como Francisco Molina Ruiz. Él no es el único. Pero si fueramos a detallarlos a todos, ello requeriría escribir un libro voluminoso, lo cual está fuera de los alcances de este modesto blog. Spectator dejará que ésta tarea recaiga sobre otros que estén dispuestos a documentar con paciencia el grado de descomposición que se ha estado apoderando de la PGR desde que la ultraderecha accedió a las más altas esferas del poder con el ascenso del pro-Yunquista Vicente Fox, triunfo refrendado ahora con la virtual imposición de un demagogo que realmente espera que le creamos que en su gobierno "no habrá impunidad para nadie", especialmente cuando está metiendo dentro de la PGR a tipos como Francisco Molina Ruiz.

De lo que no debe quedar duda alguna es que a Francisco Molina Ruiz lo nombró directamente para tan alto cargo el mismo Felipe Calderón. Y no saldrá de la PGR ni de las esferas del poder por los próximos seis años, a menos de que el mismo Felipe Calderón lo ordene. Esta es la clase de procuración de justicia que los mexicanos pueden esperar de su gobierno federal en lo que resta del largo sexenio que apenas empieza. Esta es la clase de justicia que todos los mexicanos pueden anticipar y esperar con la ultraderechista Organización Nacional del Yunque manipulando las redes del poder a espaldas del pueblo de México. Como dijera el conocido político perredista Martí Batres: Para eso se robaron la elección.

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